viernes, 5 de marzo de 2010

UB40- Kingston Town

Aprendiendo a ver


Cierta vez le preguntaron al escultor Miguel Ángel cómo hacía para crear obras tan magníficas.
“Es muy sencillo”, respondió él. “Cuando miro un bloque de mármol, veo la escultura adentro. Todo lo que tengo que hacer es retirar los sobrantes”.

En el fondo, la vida es el arte de ver más allá de las apariencias. La obra de arte de nuestra existencia está, muchas veces, recubierta por años de miedos, culpas e indecisiones. Pero si nos decidimos a retirar estos sobrantes, si no dudamos de nuestra capacidad, podremos llevar adelante la misión que nos fue destinada.
Paulo Coelho

John Lennon - Imagine




¿Porque no nos imaginamos un mundo mejor para todo el mundo? Haríamos una gran labor.

Centrarse en el Corazón


¡Inténtalo! Hay muchas formas de hacerlo. Toca a alguien: si eres una persona que se rige por el corazón el contacto irá directo a tu corazón y sentirás esa cualidad. Si coges la mano de una persona que se rige por la cabeza, la mano estará fría. Y no sólo fría, sino que la cualidad del propio contacto será fría; la mano estará falta de vida. Si la persona se rige por el corazón notarás una cierta calidez. Entonces su mano se fundirá realmente contigo. Sentirás que algo fluye de su mano hacia ti y se producirá un encuentro, una comunión cálida.
Esta calidez proviene del corazón. No es así con la cabeza, porque la cabeza es siempre fría, fría y calculadora. El corazón es cálido, no es calculador. La cabeza siempre piensa cómo adquirir más, el corazón como dar más. Esa calidez es propiamente dar: dar energía, dar vibraciones desde el interior, dar vida. Por eso sientes que hay una cualidad distinta en el corazón. Si la persona te abraza realmente, sientes una profunda fusión con ella.
¡Toca! Cierra los ojos y toca cualquier cosa. Toca a tu amado o a tu amante, toca a tu hijo o a tu madre, a tu amigo, a un árbol, una flor o simplemente la tierra. Cierra los ojos y siente la comunicación entre tu corazón y la tierra o tu amado. Siente cómo tu mano es tu corazón que se estira para tocar la tierra. Deja que el sentido del tacto se relacione con el corazón.
Cuando escuches música, no la escuches con la cabeza. Olvídate de la cabeza y trata de sentir como si fueras un ser sin cabeza. Mientras escuchas música, escúchala con el corazón. Siéntela llegar al corazón, deja que tu corazón vibre con ella. Deja que tus sentidos se unan al corazón, y no a la cabeza. Intenta esto mismo con todos los sentidos y siente cómo cada sentido va al corazón y se disuelve cada vez más en él.
El corazón es el loto. Cada sentido simplemente es la apertura del loto, los pétalos del loto. Primero intenta relacionar tus sentidos con el corazón. Segundo, ten presente que cada sentido va directo al corazón y es absorbido por él. Una vez que estas dos cosas se asientan, y sólo entonces, tus sentidos comenzarán a ayudarte: te dirigirán al corazón y éste se convertirá en un loto.
Osho.

jueves, 4 de marzo de 2010

La vida es una y se vive una sola vez la muerte cerrará tu libro

El día de tu nacimiento, cuando solo sabías llorar, recibiste mil besos y caricias, pero también un libro con las hojas en blanco, sin estrenar: ¡EL LIBRO DE TU VIDA! .
Desde aquel instante comenzaste a escribir la historia de tu vida. Ya llevas varias páginas. ¿Qué has escrito hasta ahora?.

A veces escribimos y escribimos y nunca ojeamos las páginas escritas.
Toma el libro de tu vida y repásalo durante unos minutos. Tal vez encuentres capítulos o páginas que te gustaría besar, algunas escenas te harán llorar, y al abrir alguna página amarilla o reciente, te entraran ganas de arrancarla. Se ve negra con salpicaduras de tinta.

Pero Pilatos te diría: ¡Lo escrito , amigo, escrito está!.
Tú lo has escrito con tu puño y letra. No con la tinta de una "bic" o de una pluma, sino con la tinta de tu libertad. "Tú mismo has forjado tu propia aventura", decía el manco Lepanto. "Porque veo al final de mi duro camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino", sentencia Amado Nervo, quien prefiere la metáfora del arquitecto.

No arranques esas páginas, pide perdón si cometiste un error, para que así se borren todos tus garabatos y así podrás continuar escribiendo tu historia mejor que ayer.

¿Por qué no almacenar el libro de tu vida entre los Best Seller del mundo?.Aprovecha tu tinta porque tarde o temprano se te va acabar, y ¡no se venden repuestos ni en los kioscos ni en las librerías!

La vida es una y se vive una sola vez. La muerte cerrará tu libro.
Y al final solo pedirán tu libro, y alguien lo leerá o lo pasará en video, como las aventuras.

Todos somos arquitectos y novelistas, así que , amigo, borrón y cuenta nueva.

Comienza cuanto antes Tu Best Seller.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Vuelvete amoroso


El Amor es abrirse a un mundo sin fronteras, un mundo que no termina en ninguna parte. El amor empieza pero no acaba; tiene principio pero no tiene fin.
Recuerda una cosa: normalmente, la mente interfiere y no le deja al amor su infinidad y su espacio. Si realmente amas a una persona, dale espacio infinito. Tu propio ser es un espacio para que pueda crecer, con el que puede crecer. La mente interfiere e intenta poseer a la persona, entonces destruye el amor. La mente es muy avariciosa, la mente es avaricia. La mente es muy venenosa.
Quizás hayas observado que cuando tienes miedo, cuando hay ansiedad, cuando hay algo que te preocupa, la mente aparece en primer plano. Cuando estás preocupado, la mente está demasiado presente. Cuando no estás preocupado, la mente no está tan presente.
Cuando todo va bien y no tienes miedo, la mente se queda atrás. Cuando las cosas no van bien, la mente da un salto y se coloca delante de ti, se convierte en el líder. Cuando hay peligro se convierte en el líder.
Si alguien quiere entrar en el mundo del amor, tendrá que renunciar a la mente. Hay que vivir sin que interfiera la mente. La mente está bien en su sitio. Es necesaria para estar en la calle, pero no para el amor. Es necesaria para hacer un presupuesto, pero no para ir al espacio interior. Es necesaria para las matemáticas; pero si hay meditación no la necesitas. La mente tiene su utilidad, pero es una utilidad para el mundo exterior. Para el mundo interior es absolutamente irrelevante.
Vuélvete cada vez más amoroso… incondicionalmente amoroso. Vuélvete amor. Vuélvete una abertura… vuélvete amoroso.
Osho.

martes, 2 de marzo de 2010

I Have a Dream - Angel Voices, Christopher Timothy reading

Luz interior


En tu corazón arde una llama.
Tu cuerpo es sólo la luz en torno a la llama.

Tu ser más profundo es de la naturaleza de la luz. La consciencia es luz, la consciencia es la única luz. Tu existencia es inconsciente: haces cosas sin saber por qué, deseas cosas sin saber por qué, preguntas cosas sin saber por qué, vas a la deriva en un sueño inconsciente.
Todos somos sonámbulos. El sonambulismo, el andar y vivir dormidos, es la única enfermedad espiritual. Sé más consciente.
Comienza a ser más consciente de los objetos. Mira las cosas con más atención.
Mira a una flor como si toda tu existencia dependiera de esta mirada. Préstale toda tu consciencia y, súbitamente, la flor se transfigura: es más radiante, más luminosa. Tiene algo de la gloria de lo eterno, como si lo eterno hubiera llegado a lo temporal en forma de flor.
Mira con atención la cara de tu marido, de tu esposa, de tu amigo, de tu amado, medita en ello y de pronto ves no sólo el cuerpo, sino lo que está más allá de él, lo que emerge del cuerpo. Hay como un aura de lo espiritual alrededor del cuerpo. La cara del amado ya no es más el rostro de tu amado; la cara del amado se convierte en el rostro de lo divino. Mira a tu hijo en estado de alerta total, plenamente consciente; obsérvalo mientras juega y, de pronto, el objeto de tu mirada se transfigura.
Si pasas junto a un árbol, obsérvale en una actitud de alerta. Detente un momento, mira al árbol; frótate los ojos, mira al árbol de nuevo pero más despierto.
Centra tu consciencia, mira al árbol y observaras la diferencia. De pronto, cuando estás alerta, el árbol es distinto: más verde, más vivo, más hermoso.
El árbol es el mismo eres tu quien ha cambiado.
Osho.