sábado, 24 de julio de 2010

Vangelis - Conquest of Paradise

Ryan Farish - In This Moment

Felicidad, aqui y ahora


Cuanto más busques la felicidad, estarás más en sufrimiento. El sufrimiento es una sombra. Cuanto mayor sea el deseo por la felicidad, mayor será la sombra. Pide felicidad y nunca la conseguirás. Solamente sufrirás frustración. ¿Por qué? Porque sólo hay una manera de estar feliz, y ésa es estar feliz aquí, ahora. La felicidad no es el resultado. Es una forma de vida.
La felicidad no es el resultado final del deseo. Es una actitud, no un deseo. Puedes estar feliz aquí y ahora si sabes cómo estarlo, pero nunca estarás feliz si no sabes cómo y si continúas deseando. La felicidad es un arte. Es una manera de vida.
En este mismo momento, si puedes estar en silencio y alerta de la vida que hay a tu alrededor y dentro de ti, estarás feliz. Las aves están cantando, el viento está soplando, los árboles están felices, el cielo está feliz, todo en la existencia está feliz excepto tú. La existencia es felicidad, es una celebración eterna, una festividad. ¡Mira la existencia! Todo árbol está en un estado festivo, todo pájaro está en un estado festivo. Excepto el hombre, todo lo demás está en un estado festivo. Toda la existencia está en un festival, en un festival constante y continuo. Ni tristeza, ni muerte, ni desgracia existe en ninguna parte excepto en la mente humana. Hay algo errado en la mente humana, no en la existencia. Hay algo errado en el deseo, no en la situación.
¿Por qué el hombre está infeliz? Ningún animal está tan infeliz, ningún pájaro está tan infeliz, ningún pez está tan infeliz como el hombre. ¿Por qué el hombre está tan infeliz? Porque el hombre desea la felicidad, y los pájaros están felices en este mismo momento; los árboles están felices en este mismo momento. El hombre desea la felicidad; nunca está feliz aquí y ahora. Siempre desea la felicidad y continúa perdiéndola. La felicidad está aquí. Está sucediendo en todo tu alrededor. Permítela que entre dentro de ti. Sé parte de la existencia. No entres en el futuro. La existencia nunca entra en el futuro; sólo la mente lo hace.
Esto es lo que llamo meditación: estar aquí, no moverse al futuro. Ser no-ambicioso, no desear la felicidad. Y entonces estarás feliz y nadie podrá destruir tu felicidad. Entonces será imposible que estés infeliz. Entonces serás inmortal y la vida eterna te habrá sucedido. En realidad, ya te ha sucedido pero no estás consciente de ella. Entonces estarás pleno. Sin la ambición, estarás pleno y satisfecho.
Osho.

El ejercicio del otro


Un sujeto está en un bar con su grupo, cuando entra un viejo amigo que vivía intentando que las cosas le fueran bien en la vida, casi sin conseguirlo nunca. “Voy a tener que darle algún dinero suelto”, piensa.
Sin embargo, sucede que dicho amigo se ha hecho rico y esa noche ha venido expresamente para pagar todas las deudas que ha contraído a lo largo de los años.
Además de reembolsar los préstamos que le hicieron, invita a todo el mundo a una ronda. Cuando le preguntan por la razón de semejante éxito, él responde que hasta hace pocos días estaba viviendo el otro.
-¿Qué es el otro?- quieren saber los que lo rodean.
-El otro es ese que me enseñaron a ser, pero que no soy yo. El otro cree que la obligación del hombre es pasarse la vida pensando cómo alcanzar la tranquilidad de poder llegar a viejo y no morirse de hambre. Hace tantos planes, que sólo descubre que está vivo cuándo sus días casi se han agotado.
-¿Y quién eres tú?
-Soy lo que es cualquiera de nosotros que quiera serlo: una persona que se queda deslumbrada ante el misterio de la vida. Lo que ocurría era que el otro, por miedo a decepcionarse, no me dejaba actuar.
-Pero existe el sufrimiento –dicen las personas del bar.
- Nadie escapa al sufrimiento. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por los sueños, que ser derrotado sin saber por qué se lucha.
“Cuando descubrí esto, desperté decidido a ser lo que realmente siempre he deseado. El otro se quedó allí, en mi cuarto, mirándome. En un principio, no quiso aceptar su nueva condición, y no cejaba en intentar poseer una vez más mi alma. Pero yo no le dejé volver a entrar –aunque él haya intentado asustarme algunas veces, advirtiéndome lo arriesgado que era no pensar en el futuro. Desde el momento que expulsé al otro de mi vida, la energía divina empezó a operar sus milagros”.
Paulo Coelho.

martes, 20 de julio de 2010

Honestidad como acto de amor


Honestidad y honradez son palabras que usamos muchísimo, no siempre con pleno conocimiento de lo que verdaderamente significan. Ser honrado no tiene nada que ver con la moralidad o con ser «bueno» o «virtuoso». También tiene muy poco que ver con que te cojan y te lleven a la cárcel. La honradez es un acto de amor hacia nosotros mismos.
El principal valor de la honestidad está en que cualquier cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta. La ley de causa y efecto siempre opera a todos los niveles. Si menospreciamos o juzgamos a otras personas, también nosotros seremos juzgados. Si siempre estamos enfadados, entonces encontraremos enfado dondequiera que vayamos. El amor que nos tenemos a nosotros mismos nos mantiene en armonía con el amor que la vida nos tiene reservado.
Imagínate, por ejemplo, que acaban de entrar a robar a tu apartamento. ¿Piensas inmediatamente que eres una víctima? « ¡Han entrado a robar en mi casa! ¿Quién me ha hecho esto?» La sensación que tienes es espantosa y desoladora cuando te pasa algo así; pero, ¿te detienes un momento a pensar cómo y por qué has atraído esa experiencia?
Asumir la responsabilidad de crearnos las propias experiencias no es una idea que estemos dispuestos a aceptar siempre, tal vez sólo algunas veces. Es mucho más fácil echar la culpa a algo que está fuera de nosotros, pero comprendamos que no puede haber crecimiento espiritual mientras no reconozcamos que fuera de nosotros hay poca cosa de valor, que todo viene de adentro.
Si la deshonestidad desarmoniza nuestra vida, imagínate lo que pueden crear el amor y la honestidad. El bien que hay en nuestra vida, las maravillosas sorpresas que tenemos, todo eso también lo hemos creado. Cuando miremos dentro de nosotros con honestidad y amor incondicional, descubriremos muchas más cosas sobre nuestro poder.
Louise Hay.