sábado, 5 de junio de 2010

Tu puedes sanar tu vida Parte 2/9

Conexion con el Entorno


Una de las razones por las que a la mayoría de nosotros nos resulta tan extraña la idea de poder manifestar es porque se nos ha hecho creer que, como individuos, nos encontramos separados de nuestro entorno. Creemos que nuestro papel consiste en dominar el entorno en que nos encontramos. Armados con esta clase de lógica, despreciamos nuestra capacidad para percibir nuestra conexión con el entorno.
Debido a nuestro sentido de la desconexión, creemos que no tenemos el poder para atraer de nuestro entorno todo aquello que deseamos. En consecuencia, cuando logramos manifestar algo creemos que es una simple cuestión de suerte o casualidad. Una vez que cambiamos esta idea sobre nosotros mismos, activamos nuestra capacidad para manifestar y la vemos como una función de nuestra divinidad, antes que como una imposibilidad o un producto de la suerte o coincidencia.
Este principio de la manifestación se inicia con la comprensión de que es absolutamente imposible describirnos a nosotros mismos como seres separados de nuestro entorno.
La mayoría de nosotros no hemos logrado comprender esta pequeña verdad, lo que ha hecho que nos dejemos guiar por la idea errónea de que, ya que somos organismos separados de nuestro entorno, debemos controlarlo. Al hacerlo así, claro está, no sólo mostramos una falta de respeto por nuestro entorno, sino también por nuestra propia naturaleza.
Una vez que empieces a comprender esta sencilla verdad, las experiencias místicas de la manifestación también se te abrirán como una posibilidad genuina.
Wayne Dyer.

La Ley del Equilibrio


Considera, por un momento, la importancia del equilibrio en el orden natural de la vida humana. Somos criaturas de moderación: No podemos nadar igual que un pez, correr tan rápido como los leopardos, o levantar tanto peso como los gorilas, pero tenemos todas estas habilidades con cierta moderación, en equilibrio.
Cada cuerpo humano suspira en busca de un estado de equilibrio interior, de paz interior. ¿Puedes sentir tú esto dentro de ti ahora?
Este sentimiento de serenidad te proporcionará un punto de referencia; aumentará tu consciencia real, y disminuirá tu tolerancia al desequilibrio, a los desequilibrios que normalmente experimentas.
Sirve de bien poco aconsejar a las personas tensas que se relajen si no conocen lo que se siente cuando se está relajado. Pero una vez que experimentan un estado de profunda relajación, tienen un punto de referencia; pueden notar la tensión con mayor facilidad y pueden seguir unos pasos para desprenderse de ella. Y cuando estás en verdadero equilibrio, comenzarás a notar lo que es estar fuera de equilibrio en cualquier faceta de tu vida; funciona como una señal automática para que puedas volver a ese lugar de equilibrio en tu interior.
La Ley del equilibrio se puede aplicar a partir de notar tus faltas de equilibrio.
Ve a ese lugar tranquilo, a ese lago dentro de ti. Mira. Escucha. Presta atención a cualquier oleaje dentro de tu cuerpo o de tu vida provocado por hacer demasiado o demasiado poco en las áreas de la alimentación, la bebida, el ejercicio, el trabajo o la comunicación.
Dan Millman.

Chill Out for You

jueves, 3 de junio de 2010

Vale la pena

Hay momentos que sentimos que todo esta mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver
ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.
En esos momentos debemos de tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.
Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena levantarnos de nuevo, y solo puedo contestar una cosa: "Hagamos que nuestra vida valga la pena".

Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo mas profundo, porque ya no puedo ir más hacia abajo, de ahí en adelante todo va a ser hacia arriba hasta que vea la luz.
Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras. Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.
Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.
Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.
Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.
Vale la pena volver a sonreir, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.
Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.
Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.
Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea.
Lo demás, depende de cada uno de nosotros.
Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.
Hagamos que nuestra vida valga la pena.
SÉ FELIZ

¿Verdad que vale la pena?

miércoles, 2 de junio de 2010

De nuevo un niño


Ignorancia e inocencia tienen una similitud, pero no son lo mismo. La ignorancia es también un estado de no saber, igual que la inocencia. Pero también hay una gran diferencia y hasta ahora la Humanidad entera la ha ignorado.
La inocencia no es erudita; pero tampoco tiene el deseo de serlo. Está absolutamente satisfecha, realizada.
Un niño pequeño no tiene ambiciones, no tiene deseos. ¡Está tan absorto en el momento! Un pájaro volando captura su atención por completo; una simple mariposa con sus preciosos colores y él está encantado; el arco iris en el cielo y no puede concebir que pueda haber algo más significativo, más rico que este arco iris. Y la noche llena de estrellas, estrellas más allá de las estrellas…

La inocencia es rica, es plena, es pura. La ignorancia es pobre, es un mendigo: quiere esto, quiere aquello, quiere ser erudita, quiere ser respetable, quiere ser rica, quiere ser poderosa. La ignorancia se mueve en el camino del deseo.
La inocencia es un estado sin deseos. Pero como ambas carecen de conocimiento, seguimos confundidos con respecto a su naturaleza. Hemos dado por sentado que son una misma cosa. El primer paso en el arte de vivir será crear una línea divisoria entre la ignorancia y la inocencia. La inocencia debe ser apoyada, protegida, porque el niño ha traído con él el más grande de los tesoros, el tesoro que los sabios encuentran después de un arduo esfuerzo. Los sabios han dicho que se han vuelto niños otra vez, que han renacido.
Sé de nuevo simple; sé de nuevo un niño.
Osho.

Enigma Encounters & invisible love remix (remix Enzo Cartagena)

lunes, 31 de mayo de 2010

Calidoscopio

Existía un hombre que a causa de una guerra en la que había peleado de joven, había perdido la vista. Este hombre, para poder subsistir y continuar con su vida, desarrolló una gran habilidad y destreza con sus manos, lo que le permitió destacarse como un estupendo artesano. Sin embargo, su trabajo no le permitía más que asegurarse el mínimo sustento,  por lo que la pobreza era una constante en su vida y en la de su familia.
Cierta Navidad quiso obsequiarle algo a su hijo de cinco años, quien nunca había conocido más juguetes que los trastos del taller de su padre con los que fantaseaba reinos y aventuras.
Su papá tuvo entonces la idea de fabricarle, con sus propias manos un hermoso calidoscopio como alguno que él supo poseer en su niñez. En secreto y por las noches fue recolectando piedras de diversos tipos que trituraba en decenas de partes, pedazos de espejos, vidrios, metales, maderitas, etc.

Al cabo de la cena de nochebuena pudo, finalmente imaginar a partir de la voz del pequeño,  la sonrisa de su hijo al recibir el precioso regalo.
El niño no cabía en sí de la dicha y la emoción que aquella increíble navidad le había traído de las manos rugosas de su padre ciego, bajo las formas de aquel maravilloso juguete que él jamás había conocido...

Durante los días y las noches siguientes el niño fue a todo sitio portando el preciado regalo, con él regresó a sus clases en la escuela del pueblo.
En los tiempos de recreo entre clase y clase, el niño exhibió y compartió henchido de orgullo su juguete con sus compañeros que se mostraban igual de fascinados con aquella maravilla y que pujaban por poner sus ojos en aquel lente y dirigirlo al sol...

Uno de aquellos pequeños, tal vez el mayor del grupo, finalmente se acercó al hijo del artesano y le preguntó con la ambiciosa intriga que solo un niño puede expresar: "Oye, que maravilloso calidoscopio te han regalado...¿dónde te lo compraron?, no he visto jamás nada igual en el pueblo..."
Y el niño, orgulloso de poder revelar aquella verdad emocionante desde su pequeño corazón, le contestó: "No, no me lo compraron en ningún sitio... me lo hizo mi papá"
A lo que el otro pequeño replicó con cierta sorna y tono incrédulo: "¿Tu padre?...  imposible... ¡¡¡si tu padre está ciego..!!!"
Nuestro pequeño amigo se quedó mirando a su compañero, y al cabo de una pausa de segundos, sonrió como solo un portador de verdades absolutas puede hacerlo, y le contestó: "Si... mi papá esta ciego... pero solamente de los ojos... "SOLAMENTE DE LOS OJOS..."
El amor solo se puede ver con el corazón...
Bien lo supo el zorro, bien lo aprendió el Principito, bien deberíamos entenderlo...
"LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS"