sábado, 18 de diciembre de 2010

Viviendo Plenamente

Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor; y porque no se tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera; Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas; Y porque no abrimos del todo las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud…
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde; a tomarnos el café corriendo porque estamos atrasados; acostumbramos a no mirar para afuera.
A leer el diario en el autobús porque no podemos perder tiempo;
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar;
A salir del trabajo ya de noche;
A dormir en el autobús porque estamos cansados;
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a pensar que las personas cercanas a nosotros estarán siempre ahí y a creer que están bien, sin preocuparnos por averiguarlo; a esperar el día entero y finalmente oír en el teléfono: “Es que hoy no puedo ir…”
A ver cuándo nos vemos…
- La semana que viene nos reunimos…”
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta. A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine está lleno nos acostumbramos y nos conformamos con sentarnos en la primera fila aunque tengamos que torcer un poco el cuello.
Si el trabajo está complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana; Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida…
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados
¡ Nos Perdimos de Vivir !…
Existe un dicho:
“La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja”.
El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar; nuestra existencia transcurre a gran velocidad, pero mientras tengamos vida, tenemos la oportunidad de cambiar nuestros hábitos,
de tener una mejor calidad de existencia, de aprovechar y disfrutar cada respiro, cada latido de nuestro corazón.
No trasformemos nuestra vida en una rutina inútil que nos haga infelices.
Dios pone a nuestra disposición todos los elementos para ser seres felices, satisfechos y agradecidos por ese gran don (que es la vida), que con tanto amor nos ha sido otorgado.
La vida no hay que ahorrarla… Hay que vivirla ¡ P L E N A M E N T E… BIEN!
Porqué sin saberlo la naturaleza de nuestras circunstancias, pueden cambiar el giro de nuestra … vida.

Usa el Poder de tu Mente

Este magnífico mensaje me lo enviaron en un correo y quiero compartirlo.
“Es imperativo que le pidamos amablemente a todo mundo que deje de ver y pensar en tragedias. Se está creando un rezo subconsciente para suscitar cada vez mayores cataclismos. Antes eso no tenía un efecto tan importante como lo tiene ahora.
Lo que está pasando es que ahora estamos adquiriendo mucho más poder mental, pero con ese poder llega la responsabilidad, tenemos la responsabilidad de enfocarnos en cosas benéficas para todos, no en destrucciones. Si seguimos haciendo rezos masivos (subconscientes) al ver las noticias y al pensar en tragedias y en una fecha que ya todos aceptaron (2012) como “el fin” ¿Qué crees que va a pasar?
Nosotros estamos creando nuestro presente y nuestro futuro, tenemos que dejar de sufrir, tenemos que dejar de pensar cosas negativas, tenemos que evitar todo lo negativo de forma Urgente!.
Sencillamente, no se está pidiendo seguir ninguna religión, o que se unan a una secta, lo que se pide de muchas formas es usar el poder de su mente, ser interno para tener una vida mejor.
1. Honestidad
Hay mucha gente que al hacer cosas que no le gustan se siente extremadamente mal y cada día ese sentimiento será más fuerte. Parte de tener más poder mental es quitarnos nuestra parte irresponsable. .. ¿Puedes adivinar cuál es nuestra parte irresponsable ?
Nuestra falta de honestidad con nosotros mismos!!!. Cuando digo ser honesto conmigo mismo me refiero a hacer sólo lo que me hace sentir bien y me hace ser feliz…
¡¡¡Haz lo que r-e-a-l-m-e-n-t-e te haga feliz!. Si eso es lo que te dice tu corazón que hagas, haz precisamente eso. Pero si estás mintiéndote o engañándote, sufrirás inmensamente.
Vamos pues, si estás haciendo algo que no te gusta hacer, deja de hacerlo, si estás con alguien con quien ya no eres feliz, deja de estar, si no estás realmente cómodo comportándote como te comportas, cambia tu comportamiento.
“El amor se va irremediablemente cuando se deja de confiar, cuando se evitan los detalles y cuando se pierde la dignidad por mendigar amor”
2. Sé feliz a como dé lugar
La felicidad es algo que te puedes permitir sentir en cualquier momento, tú decides qué sentir en cualquier momento, y si puedes sentir amor (que es más divino que la felicidad), mejor!!!.
Intenta mantenerte en ese estado la mayoría del tiempo de tu día, enfócate en ver cosas que te hagan sentir bien y feliz, que te hagan reír.
Comienza A Manifestar Cosas Para Tu Bien.
Para Vivir En Paz, En Amor, En Felicidad, En Abundancia!!!
Creer Es Crear!!!
Tú debes comer del huerto de tus propios pensamientos, así es que no cultives algo que no quieres comer…
“Empieza por hacer lo necesario, luego lo que es posible y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible.”
Liliane.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Una Joya Valiosa y Única

Un alumno llegó a su profesor con un problema:
-Estoy aquí, profesor, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada.
Dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy tonto y muy idiota
¿Cómo puedo mejorar?
¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El profesor, sin mirarlo, le dijo :
-Lo siento mucho, joven, pero ahora no puedo ayudarte. Primero debo resolver mi propio problema, tal vez después… Y haciendo una pausa dijo: Si tú me ayudas y puedo resolver mi problema rápidamente, quizá pueda ayudarte a resolver el tuyo.
- Claro, profesor, murmuró el joven. Pero se sintió otra vez desvalorizado.
El profesor se sacó un anillo que llevaba en el dedo pequeño, se lo dio y le dijo: Coge el caballo y vete al mercado. Debes vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es preciso que obtengas por él el máximo posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y vuelve con la moneda lo más rápido posible
El joven cogió el anillo y partió. Cuando llegó al mercado empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Ellos miraban con algún interés, atendiendo al joven cuando decía cuanto pretendía por el anillo. Cuando decía que una moneda de oro, algunos reían, otros se apartaban sin mirarlo.
Solamente un viejecito fue amable de explicarle que una moneda de oro era mucho valor para comprar un anillo. Intentando ayudar al joven, llegaron a ofrecerle una moneda de plata y una jícara de cobre, pero el joven seguía las instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazaba las ofertas.
Después de ofrecer la joya a todos los que pasaban por el mercado, y abatido por el fracaso, montó en el caballo y regresó. El joven deseaba tener una moneda de oro para comprar el mismo el anillo, librando de la preocupación a su profesor pudiendo así recibir su ayuda y consejos.
Entró en la casa y dijo: Profesor, lo siento mucho, pero es imposible conseguir lo que me pidió.
Tal vez pudiese conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor del anillo.
Importante lo que me dices, joven, le contestó sonriente. Primero debemos saber el valor del anillo. Vuelve a coger el caballo y vas a ver al joyero. Quien mejor para saber su valor exacto?
Pero no importa cuánto te ofrezca, no lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven fue a ver al joyero y le dio el anillo para que lo examinara. El joyero lo examinó con una lupa, lo pesó y le dijo:
-Dile a tu profesor que si lo quiere vender ahora no puedo darle más de 58 monedas de oro.
-58 MONEDAS DE ORO!!, exclamó el joven.
-Si, contestó el joyero, y creo que con el tiempo podría ofrecer cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente …….
El joven corrió emocionado a casa del profesor para contarle lo ocurrido.
-Siéntate, dijo el profesor, y después de escuchar todo lo que el joven le contó, le dijo:
-Tú eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Solamente puede ser valorada por un especialista.
-Pensabas que cualquiera podía descubrir su verdadero valor?. Y diciendo esto, volvió a colocarse su anillo en el dedo.
Todos somos como esta joya. Valiosos y únicos y andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoren.
Relato Zen.