sábado, 10 de abril de 2010

Crecer


Si sabes cómo ser, esa es la única forma de crecer. Si sabes cómo ser en este momento, estás en el sendero del crecimiento. No necesitas pensar en ello, viene por sí mismo, espontáneamente. Igual que un río encuentra su camino al mar sin consultar ninguna guía, sin preguntar a nadie por el camino hacia el océano. El río encuentra el camino. Sin tratar de encontrarlo, lo encuentra. Sigue avanzando, vive su vida momento a momento, y finalmente llega al océano. Si este momento se vive bien y totalmente, el momento siguiente saldrá en ese momento.
¿De qué otro lugar puede venir? Crecerá por él mismo, no necesitas preocuparte por él. Si vives este momento con totalidad, el momento siguiente nacerá de él; y si has vivido este momento en forma total, la posibilidad del momento siguiente ha nacido con él: también puede vivirse totalmente.
Si sabes cómo vivir totalmente, también vivirás el momento siguiente totalmente; cada momento se volverá cada vez más total y el crecimiento sucederá espontáneamente.
Pero si estás demasiado interesado en el crecimiento, te perderás este momento, y ese es el único momento en que uno puede crecer.
Uno piensa: creceré mañana. Hoy no es el momento para mí. Hay que hacer muchas otras cosas, así que el crecimiento puede esperar un poco. No hay prisa. De este modo sigues postergando y sigues viviendo este momento de forma fragmentaria, parcial. Y el momento siguiente saldrá de él, y continuamente te volverás más parcial, fragmentado, dividido, escindido. ¿Entonces quién crecerá y cómo?
El crecimiento no es un ideal. Uno tiene que convertirse en eso que ya es. Uno tiene que conseguir eso con lo que ha nacido.
Tienes que convertirte en eso que es tu ser mismo, la base misma del ser, así que ahora mismo es el momento de trabajar. Este momento que pasa tiene que ser usado tan intensamente, absorbido tan intensamente, que se convierte en crecimiento.
Osho.

Redes - Educar para fabricar ciudadanos (Parte 1)

jueves, 8 de abril de 2010

Valores

¿Valores?, ¿Qué son los valores?...
Podrían ser cualidades, costumbres, mitos, pero lo que sí, es que cada quién como individuo elige los valores que quiere mostrar ante una sociedad que juzga; porque no mencionarlo, la falta de valores, pero; ¡Quién decide que es los que esta bien o está mal! pero ¿es alguien tan perfecto como para poder juzgar a los demás por sus actos y falta de valores, sin caer en los mismos errores?, creo que la respuesta a estas preguntas es que cada quien cree lo que quiere en la vida y para eso hay opciones.
Hay quienes se basan en los valores humanos, que sólo perseveran buscando la estabilidad y el reconocimiento ante una sociedad que no perdona y sólo tiene memoria para recalcarte tus errores sin ver tus aciertos, que no respeta tu libre albedrío , que sólo enjuicia, dice y trata de lo que esta bien o está mal, sin tomar en cuenta causas y efectos, los valores humanos fallan porque no hay nadie perfecto, ni esa persona en la que tanto confías porque como todo ser humano en algún momento deja todo por nada, falla y comete errores, por lo cual poco a poco va hacia la decadencia, al creer que no hay quien merezca tu ilusa perfección, pero los seres humanos también culpan al otro de sus errores, de su desequilibrio, siendo que el equilibrio es uno mismo; pero no, la sociedad solo juzga y pide cuentas.
Pero también hay quien cree en el valor espiritual, en el que hay un ser supremo que te guía y sabe que existe un destino, en el que hay miedos, pero en el que hay que recorrer los caminos solo con fe, en el que nuestro ser supremo olvida y perdona y respeta nuestro libre albedrío, que entiende nuestras necesidades de ser escuchados y de afecto, el que no modifica sus valores porque todos llevan a una meta. Ese ser supremo en el que se cree pregunta el ¿por qué?, no tiene juicios, tiene preguntas.
Así cada persona tiene los valores que demuestran realmente en sociedad y no de los que algunos se mofan pero en realidad carecen…

FRASES PARA REFLEXIONAR

miércoles, 7 de abril de 2010

KITARO - Matsuri

Enamorados


“Pienso que siempre nos enamoramos la primera vez que vemos la persona de nuestros sueños, a pesar de que quizás en ese momento, la razón nos esté contradiciendo, y peleemos contra ese instinto, esperanzados de que no hemos de ganar, hasta que llega ese punto donde nos permitimos ser derrotados por nuestros sentimientos.”
Paulo Coelho.

Riesgo


Millones de personas han preferido quedarse en semillas. ¿Por qué? Cuando pueden convertirse en flores y danzar al viento, bajo el sol, bajo la luna, ¿por qué han decidido quedarse en semillas?.
Hay una razón para esta decisión: la semilla está más segura que la flor. La flor es frágil; la semilla no lo es, la semilla parece más fuerte. La flor puede ser destruida muy fácilmente; sólo un golpe de viento y sus pétalos volarán. La semilla no puede ser destruida por el viento tan fácilmente, la semilla está muy protegida, segura. La flor estará expuesta; una cosa tan delicada, y expuesta a tantos riesgos: puede soplar un viento fuerte, puede llover tormentosamente, el sol puede calentar demasiado, cualquier tonto puede arrancar la flor.
Cualquier cosa puede ocurrirle a la flor, le puede pasar de todo; la flor está constantemente en peligro. Pero la semilla está segura; por eso millones de personas han decidido permanecer como semillas. Pero quedarse en semilla es quedarse muerto, quedarse en semilla no es en absoluto vivir. Es seguro, ciertamente, pero no tiene vida. La muerte es segura, la vida es inseguridad.
El que realmente quiere vivir tiene que vivir en peligro, en constante peligro. El que quiere alcanzar la cima tiene que arriesgarse a perderse. El que quiere escalar las más altas cimas tiene que arriesgarse a caerse, escurrirse.
Cuanto mayor es el anhelo de crecer, más y más riesgos se tienen que aceptar. El verdadero hombre acepta el peligro como su propio estilo de vida, como el verdadero clímax del crecimiento.
Osho.

Iluminar nuestro hogar


Todos hemos pasado muchos días, o semanas enteras, sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo.
Son momentos difíciles, cuando el calor humano desaparece, y la vida se reduce a un arduo esfuerzo por sobrevivir.
En esos momentos en que el fuego ajeno no le da calor a nuestra alma, debemos revisar nuestro propio hogar.
Debemos agregarle más leña y tratar de iluminar la sala oscura en la que nuestra vida se transformó.
Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera cruje, que las brasas brillan o las historias que las llamas cuentan, la esperanza nos será devuelta.
Si somos capaces de amar, también seremos capaces de ser amados.
No es más que cuestión de tiempo…
Paulo Coelho.

lunes, 5 de abril de 2010

Rendirse a la Vida


El árbol allá, el cielo sobre ti, la tierra, tú y todo lo demás son una unidad profunda. El árbol parece estar separado de ti pero no lo está, no puede estarlo. El sol está tan lejos, pero tú no puedes existir aquí si el sol muere. Inmediatamente dejarás de existir aquí. Sin el sol allá -millones de kilómetros distante- no puedes existir aquí. Si el sol deja de existir, nunca llegaremos a saber que ha dejado de existir, porque no habrá nadie que lo sepa.
Nosotros somos parte de los rayos.
Todo el universo es una unidad cósmica. Tú no estás aislado; no eres como una isla. Estás conectado; estás enraizado en el océano de la existencia tal como una ola.
A menos que esto se sienta muy profundamente, nadie podrá entrar en el éxtasis total de la existencia; porque si crees que tú estás separado no podrás unirte, si crees que tú estás separado no podrás rendirte. Si sientes que tú no estás separado, la rendición se vuelve fácil; sucede. Si sientes que eres uno con la vida, puedes confiar en ella. Entonces no hay temor. Entonces podrás morir en ella con felicidad, con éxtasis. Entonces no hay temor a la muerte.
El miedo a la muerte llega a existir porque crees que tú estás separado. Entonces comienzas a luchar, entonces comienzas a protegerte. Comienzas a verte a ti mismo como a un enemigo, en conflicto. Piensas en términos de conquistar, de ser victorioso. Pero entonces serás vencido; tu derrota es segura.
Osho

Un poco de sensibilidad

domingo, 4 de abril de 2010